En el año 2016 cumplía 400 años el escrito más antiguo que habla sobre la Semana Santa de Ferrol. Con motivo de tal celebración, se diseñó la Ruta Cofrade por Ferrol.
El objetivo de la ruta es dar a conocer aquellos lugares que tuvieron, o tienen, importancia histórica en el desarrollo de la Semana Santa de Ferrol.
Un recorrido guiado por Ferrol Vello, A Magdalena y Esteiro para conocer aquellos hechos documentados que perfilaron y siguen marcando la trayectoria de la Semana Santa de Ferrol.
En Ferrol Vello, donde nació la ciudad, está también la “prehistoria” de la Semana Santa de Ferrol. La primera referencia documentada sobre la existencia de procesiones es de 1616, aunque con seguridad se celebraban desde varias décadas atrás.
Tampoco se conoce el lugar exacto de la primitiva iglesia de San Julián, a la que estaban ligadas aquellas primeras procesiones, pero podemos situarlo en la zona de la Plaza Vella. El templo, que existió hasta 1762, albergó diferentes cofradías y también algunas imágenes que perviven hoy –la Virgen de la Piedad, la Dolorosa, San Juan, la Santa Verónica, la Virgen de las Angustias, el Cristo del Desenclavo y el de los Navegantes-. En la Plaza Vella se celebraban el Santo Encuentro y la ceremonia del Descendimiento y por las calles de la Cárcel (hoy Benito Vicetto), Merced y Espartero discurrían otros desfiles penitenciales, con imágenes portadas a hombros sobre andas y sin penitentes como los entendemos ahora, es decir, sin capuz.
En la calle de la Merced, que hoy mantiene el mismo nombre, estaba la casa familiar de los Bermúdez, el linaje más importante de Ferrol desde la Baja Edad Media, que poseían regalía de paso por lo menos desde 1672 -por ella estaban obligadas a transitar las procesiones-. Tras la desaparición de la antigua parroquial de San Julián, en la que la familia tenía su capilla familiar, construyeron una nueva casa, el Pazo de los Bermúdez, con una capilla dedicada a la Virgen de la Merced. En ella estaba una imagen obra de José Ferreiro que sacaban de procesión cada 24 de septiembre. El traslado de las procesiones al barrio de la Magdalena no gustó a los Bermúdez, que pleitearon, sin éxito, para que estas volvieran a pasar por delante de su puerta. El pazo y la capilla fueron demolidos en 1956.
La devoción a la Virgen del Socorro se manifestó ya en 1757 con la fundación, en la antigua parroquial de San Julián, de la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro. Entre sus misiones, además de asistir y enterrar a los condenados a muerte, estaba sacar en procesión cada 8 de septiembre a su titular. En 1764 se decidió levantar la iglesia del Socorro, un proyecto que sufriría sucesivos cambios y problemas, hasta el punto de que tardó 30 años en estar terminada. Uno de ellos fue la muralla defensiva de los nuevos arsenales, cuyo trazado pasaba por donde ya se estaba edificando la nueva capilla. En el conflicto salió perdiendo la iglesia, cuyo proyecto tuvo que ser modificado.
La iglesia del Socorro custodia la emblemática talla del Cristo de los Navegantes, del siglo XVII. Aunque ya no existe ninguna cofradía penitencial vinculada la esta imagen, la parroquia del Socorro celebra cada Miércoles Santo la procesión del Cristo de los Navegantes -desde 1949 con una nueva talla-, muy popular en Ferrol Vello y ligada a las gentes del mar. En el año 2022, la parroquia acordó con la Cofradía de la Soledad que había sido ella la encargada de organizar el desfile, sin que eso haya variado el estilo y el recorrido.
La actual iglesia castrense de San Francisco se construyó en 1757 en el lugar que antes ocupó un convento franciscano cuya fundación se remonta la finales del siglo XIV. La tradición procesional de la orden hace muy probable que su papel fuera importante en la aparición de los desfiles penitenciarios en la ciudad, aunque en el presente de la Semana Santa de Ferrol dejó una especial huella a Orden Tercera franciscana, una organización seglar que se fundó en la ciudad en el año 1741.
Solo dos años más tarde de su fundación, en 1743, la Orden Tercera comenzó a celebrar la procesión del Ecce Homo en la tarde del Domingo de Ramos, tradición de la que es heredera la actual Cofradía de la Soledad (fundada en 1957). En 1790 la Orden Tercera encargó a Florencio Gambino la imagen que hoy sigue saliendo en procesión.
En 1763 los frailes franciscanos donan unos terrenos contiguos a su iglesia de San Francisco para que la Orden Tercera levante una capilla. Las obras terminan en 1766 y ese mismo año sale por primera vez en procesión la Virgen de la Soledad, una imagen fácil por Francisca Bayolo.
Cabe destacar la vinculación de la Cofradía de la Soledad con Ferrol Vello y la capilla del Socorro. Aunque el resto de sus procesiones transitan por el barrio de la Magdalena, la del Cristo de la Buena Muerte, cada Martes Santo, avanza por Espartero y se detiene a rendir homenaje al Cristo de los Navegantes.
Después de la desaparición de la iglesia de San Julián en 1762, el epicentro de la Semana Santa de Ferrol se desplazó del barrio portuario a la zona de las iglesias de San Francisco y San Roque –esta última en el lugar que hoy ocupa el Convento de las Esclavas-. La capilla de San Roque era desde 1620 la sede de la extinta cofradía del mismo nombre, también llamada “de los mareantes” porque estaba constituida por gentes del mar. Aquella cofradía se ocupaba del paso de la Santa Cena, que desde 1741 se exponía cada Jueves Santo y que se conservó hasta mediados del siglo XX, con Jesús y los doce apóstoles bajo un dosel sentados a la mesa.
A la iglesia de San Roque se trasladaron las imágenes que guardaba la antigua parroquial de San Julián y en su atrio se refundó, el 10 de abril de 1768, la Cofradía de las Angustias.
En diciembre de 2018 fue inaugurado el Museo de la Semana Santa de Ferrol, en el local cedido por el Ayuntamiento y situado en los bajos de la Costa de Mella. Esta exposición permanente era una vieja aspiración de la Junta de Cofradías, y de la anterior Coordinadora, desde que en 2014 la Semana Santa de Ferrol fue declarada de Interés Turístico Internacional. En ella se muestran diferentes imágenes, hábitos y otros elementos del patrimonio de las hermandades, así como de las formaciones musicales que participan en las procesiones de Ferrol.
La iglesia parroquial de San Julián se construyó, tras la desaparición de la antigua de Ferrol Vello, para dar servicio al nuevo barrio y a la pujante población de Ferrol. Las obras terminaron en 1772, siguiendo un diseño de Julián Sánchez Bort. Desde 1959 tiene la categoría de concatedral, por una bula de Juan XVIII. Es la sede canónica de la Hermandad del Santo Entierro, fundada en octubre de 1950 en el seno de las Cofradías de Dolores y heredera de la tradición, que en Ferrol se remonta por lo menos al siglo XVII, de sacar en procesión a Santa Urna en la tarde del Viernes Santo.
La antigua cofradía de los servitas, fundada en 1750 en la primitiva iglesia de San Julián y que se trasladó a la de San Roque tras su desaparición, promueve la construcción del nuevo templo en 1771. La iglesia, cuyas obras se prolongaron más de una década, sufrió ya en sus primeros años problemas estructurales por los que a lo largo de los años necesitó de diferentes y sucesivas intervenciones. La última, y se espera que definitiva, mantuvo la iglesia cerrada durante más de dos años, hasta su reapertura total al culto en la Semana Santa de 2023.
Con el traslado de la Cofradía de Dolores ( servitas) a la plaza de Amboage –llamada entonces de la “recova”-, esta quiso también llevar el Santo Encuentro a este espacio público. Con todo, el Ayuntamiento, que costeaba por lo menos en parte estos actos, optó por mantenerla en el nuevo San Julián, donde se celebró hasta su traslado a la plaza de Armas. Sí fue trasladado el Santo Encuentro a Amboage entre 2016 y 2019, cuando se realizó la reforma de Armas. El año 2022 marca el regreso de esta procesión, una de las más populares de la Semana Santa de Ferrol, a la plaza ubicada delante del Ayuntamiento.
En Amboage se celebra cada Domingo de Ramos la bendición de las palmas, antes del inicio de la procesión de la Borriquita que organiza la Cofradía de Dolores
El padre Ramón Serratosa fundó en agosto de 1908 la comunidad de frades mercedarios en Ferrol y solo un mes después, el 17 de septiembre, firmó los estatutos de la nueva Cofradía de la Merced. La orden decide en 1919 encargar al arquitecto Rodolfo Ucha la construcción de su capilla en unos terrenos situados junto a su colegio, el Tirso de Molina, y las obras comenzaron en 1926.
Es un edificio singular en el que se plasma la mezcla del estilo modernista con las noticias corrientes eclecticistas del momento. Además de las procesiones de Semana Santa, de aquí sale cada 24 de septiembre la de la Merced, que sigue la estela de la devoción que ya se manifestó en la zona del puerto, ligada al Pazo de los Bermúdez.
La plaza de la Constitución acoge desde el año 2006 el Gozoso Encuentro entre Jesús Resucitado, María Magdalena y María Santísima de la Luz, que organizan conjuntamente las cofradías de la Soledad, la Merced y las Angustias. Desde aquí parte a continuación la procesión de la Resurrección, que pone punto final cada año a los actos de la Semana Santa en Ferrol.
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