Con motivo del 8M, la fecha en la que reivindicamos el desarrollo pleno de la mujer y su participación en pie de igualdad en todos los órdenes de la sociedad, reunimos a cinco mujeres cofrades para tomar un café, charlar y celebrar con ellas su papel fundamental en nuestra Pasión. Vaya, con este artículo, el homenaje de la Junta General de Cofradías y Hermandades a todas las mujeres que han participado y participan en la Semana Santa de Ferrol.
Acuden puntuales y casi no hacen falta presentaciones. Son, por orden de llegada:
Pilar Rodríguez-Tenreiro Sánchez, 38 años, cofrade de la Hermandad del Santo Entierro. Actualmente es canciller en el consejo de gobierno y anteriormente desempeñó otras responsabilidades.
Mimí Alonso, 67 años, cofrade de la Merced. Es mayordomo del Cristo y vocal de Culto en una junta de gobierno que actualmente tiene seis mujeres, entre ellas la hermana mayor, y dos hombres. También fue portadora durante unos años.
Claudia Grande Beceiro, 22 años, cofrade de las Angustias desde que tenía tres años. Está al frente del Grupo Joven y es vocal de Juventud en la Junta de Gobierno. Además, es portadora de la Esperanza en la Cofradía de Dolores.
Rosa López de los Reyes, 58 años, cofrade de la Soledad. Es vocal de Obra Social dentro de la Junta de Gobierno y portadora.
Emma Domínguez Acebo, 50 años, cofrade de Dolores. Actualmente es organizadora del Tercio del Nazareno y fue de las portadoras pioneras en la hermandad.
Todas abrieron camino y son protagonistas del proceso por el que las cofradías penitenciales de Ferrol están entre las primeras de España en igualdad. En eso hay unanimidad: “Llevó tiempo, pero nuestra Semana Santa es pionera en ese sentido –comenta Rosa-, porque en Andalucía ven a una chica portando un trono y les da un ataque”. “En el Santo Entierro de Sevilla las mujeres entraron como nazarenas en 2011”, pone Pilar como ejemplo, en contraposición con su hermandad, en la que están como cofrades de pleno derecho desde los años 80.
Pero también es verdad que hubo que superar escollos. Emma recuerda cuando con 15 años se “metía” debajo del banzo, allí donde veía hueco. Fue antes de que se crease la primera dotación de portadoras, la de la Esperanza, en 1995. “Las chicas empezamos a portar antes, con vaqueros, en dotaciones mixtas. Y sí, se oía aquello de que no queremos niñas, porque decían que las niñas no cargan”, recuerda.
¿Era cuestión de kilos? “Tampoco podíamos llevar la Custodia en el Corpus”, comenta Mimí, “decían que no quedaba bonito”. Lo corrobora Rosa, que con Luis Ángel de las Heras de obispo diocesano, poco antes de la pandemia, fue parte de una dotación mixta de la Soledad para llevar la Custodia. “Hasta el último momento nos decían que no iba a poder ser”, recuerda. Incluso Claudia, la más joven, vio cómo en una procesión se decidió que fueran solo hombres. “Porque quedaba más serio, dijeron”.
“As mulleres somos as que tiramos sempre para diante e non nos amedrentamos”, “basta que nos digan que non podemos…”, “nós dentro da confraría lixamos máis, cargamos máis, botamos máis horas”… a conversación flúe animadísima, con moitas risas, e crúzanse diferentes opinións sobre se as mulleres portan de maneira diferente que os homes, se se nota ou non cando a dotación é feminina. Sobre esta cuestión no hay unanimidad.
Sí coinciden de nuevo en lo importante que es el compañerismo, no solo dentro de cada cofradía, sino también entre diferentes hermandades. “Muchas veces nos ayudamos, y por ejemplo a la dotación de portadores de la Soledad vienen hombres y mujeres de otras cofradías”, comenta Rosa. “Lo bueno es que no seamos compartimentos estancos, porque a todos y todas nos une el mismo sentimiento”, asevera. “Somos la Semana Santa de Ferrol”, apostilla Mimí.
No podemos estar más de acuerdo. ¡Feliz día de la mujer a todas las cofrades!